domingo, 19 de agosto de 2007

RECUERDO DE JUAN CAMINOS

Casi lo veo caminando (al gran maestro), tocando puertas donde todos permanecen dormidos soñando con un mañana de ilusiones.
La mesa de la preparación de los panes está lista. El humo del incienso se va por las ventanas, la flores de cambray con su color de oro han amanecido sobre los montes bañadas de rocío. Unos pájaros negros dibujan su vuelo por encima de ellas. El maestro sigue su camino hacia la Casa de Octubre construida de madera y tejas coloradas. Hay un perro que lo espera, un cuarto lleno de cuadros, una cocina con una olla de café caliente y, a la par de la casa charcos de agua que reflejan las nubes, espejos naturales donde se contempla el color del alma; ese azul del cielo...


Hoja de los delirios de Manuel Elías, agosto 1988.

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