viernes, 9 de noviembre de 2007

OTRA PÁGINA EN BLANCO


La primera se borró como se borran las sombras en el atardecer, como si la luz del sol estuviera cansada de tanto iluminar el camino de este vagabundo sin destino, que no halla sitio donde descansar.

Página en blanco era el título de un texto que extraviado, a saber donde fue a parar.

Acostumbrado como estoy, a perder papeles, las otras cosas fácilmente se me van de las manos, desaparecen, no vuelven ni en sueños. Esa es la magia de la vida. Un día alegre y tranquilo, en la noche oscura es sólo un recuerdo. Triste. Triste, triste…

Después de cerrar la ventana en esta vieja computadora, me pondré a dibujar.

Para mí, dibujar es escribir. Vuelvo a abrir la ventana para decir:

Aquí estoy, abriendo una nueva página de la vida. Y para hacer más breve esta melancolía que me embarga cuando escucho la canción: ”Las hojas muertas”; enciendo mi vieja pipa, amiga en la tristeza y en la desesperanza.

Lo hasta aquí escrito es como un remedo de autobiografía que no termina mientras las aguas del río sigan su cause, arrastrando esas hojas que a causa del viento siguen cayendo en la memoria del que sentado, sobre una piedra de la ribera, las va contando.

La tristeza y la desesperanza son dos condiciones o estados de ánimo que me han acompañado en este caminar sin retorno. En este ir y venir como las olas del mar que dejan en la playa vestigios de espuma salada iluminada por un sol poniente que se esconde en el horizonte como un pájaro marino que vuela hacia el otro lado de la tierra, donde quizá sea primavera, o donde el tiempo y el espacio con vientos y piscuchas de colores brinden al caminante un respiro de nuevas aventuras.

He querido así, expresar mis sentimientos y sensaciones en este lugar que me permite anotar mi testimonio de las cosas que como equipaje voy cargando en este caminar de viajero sin destino.

Ayer por la tarde he visto en el cielo una gris piscucha, ondeando entre nubes de tormenta como anunciando un nuevo día del mes que mañana será octubre.

Es nuestro mes, el de los locos, el de los soñadores, el de los marginados y solitarios caminantes del que una vez dijera el poeta: “caminante, no hay caminos, se hace camino al andar”.

M.E.


3 comentarios:

jorge camil dijo...

GRACIAS POR PRESTARME TU VENTANA EN ESTA NOCHE SOLITARIA,SALUDANDO A UN DESCONOCIDO,QUE NO HALLA A DONDE DESCANSAR SU ENERGIA COSMICA VAGA POR ESTA OSCURIDAD,ENTRE SOMBRAS PASA CON GRAN DIFICULTAD
ASI ES LA VIDA,ACOSTUMBRADO COMO TU ESTOY,QUE NO TE EMBARGE ESA CANCION MAS BIEN QUE TEDE FUERZAS Y ESPERANZA,PARA QUE LAS AGUAS DEL RIO SIGAN SU CAUSE,Y SIGAN CALLENDO SOBRE TU MEMORIA Y ESPIRITU,EL REMEDIO UNIVERSAL DE LAS COSAS (EL ALMA HERRANTE)PARA TI CON MUCHO RESPETO DE JORGE RIVERA

Anónimo dijo...

Estoy leyendo la página en Blanco, y pienso que por no sé que cosas de la vida no tuve la oportunidad de conocer más al primo Manuel, pero al leerlo, me veo reflejada en él, esa tristeza y melancolía de la que habla, ese caminar sin saber hacia donde nos lleva, me dejan perpleja; no hay duda que hay cosas que son de FAMILIA, se llevan en la Sangre y en el corazón.

Unknown dijo...

entre esta pagina por curiosidad y es que e cuadro que aparece en la pagina en blanco quien aparece con sombrero negro y mandolina en mano es don Juan Ramon Padilla, porcierto que aun hoy toca con maestria la mandolina.