Toma el carbón y traza lineas horizontales sobre la blanca tela. Hay un rumor de viento que se cuela por las ventanas, es húmedo y trae olor a mangos y plátano asado. El artista vive entre árboles y pájaros.
A ratos llueve. Una música viene del fondo de un cuarto de abajo y se remonta hasta la azul montaña, mientras se oye la voz de un niño vecino que saluda:
¡Buenas tardes don Berna...!
¡Hola Paco! -Responde el pintor - y pone la primera pincelada...
D.U.
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