miércoles, 7 de diciembre de 2011

EN UN DÍA DE TANTOS


En lo que parecía ser un lindo atardecer. Marcola reunió a buena cantidad de habitantes de las Vías Miseria y les habló así:

"Sobre todas las ciudades donde existan atisbos del progreso de unos pocos, mi palabra de líder se oirá en las alturas de los cielos y lloverán sobre esas moles de cemento tizones de fuego como plaga que no perdona. Lloverá también hierro líquido incandescente como baldadas de aguas inesperadas ni deseadas. Grandes ventarrones surgirán a media noche levantando la techumbre donde duermen los deshumanizados seres que levantan banderas de ese peligroso "progreso". Los mares y las montañas se juntaran una mañana cualquiera y todas las hormigas del planeta empezaran a formar la fila india prometida para realizar la marcha programada por los marginados hijos de esta tierra." Así hablaba Marcola en aquella tarde, a la gran población de las villas miseria de San Pablo Brasil.

Marcola, quien ha leído más de 300 libros no se deja llevar por la idea de ser un intelectual que pone sus servicios al sistema de dominio y de subyugues actual. Mas adelante seguiremos con las palabras de Marcola, que pronunciadas en el Brasil, valen para toda Latinoamérica en estos momentos de crisis y desesperación donde los poderosos ya no pueden con la rebelde historia.

Sigue hablando Marcola:

"A nosotros ni el más pintado podrá detenernos porque vendrán días de oscuridad, el mismo sol se apagará para que pase la luz de la revolución en la educación, única verdad que nos gobernará por siempre de tal manera que ya no habrá tinieblas en la mente de los campesinos y obreros que hoy por hoy son los símbolos de la explotación que tanto ingrato ha creado a fuerza de la pobreza y marginación en la tierra donde cada quien debería de ser dueño, por lo menos, de 10 metros de suelo." Marcola no dejaba de hablar y en el semblante de los convocados se notaba el espíritu interior que recibía el gran mensaje de su líder que con gran voz se esparcía por los dominios de las villas miseria. Era casi un grito de guerra combinado con palabras casi apocalípticas. La gente gritaba y lloraba al oír aquellas palabras como salidas del pecho de un profeta, del que podría decirse era un loco más, de esos que la historia se encarga de parir de vez en cuando. Cualquiera diría que este Marcola es un predicador consumado, pues su palabra es como el fuego que hieren los cielos de la noche allá sobre las vías miserias Actualmente Marcos Camacho "MARCOLA" está preso allá en Brasil, y miles de seguidores lo esperan en la calle para realizar con él la revolución del sur.

D.U.

No hay comentarios: