viernes, 2 de diciembre de 2011


LA CASA DE LOS MASSANA EN SUCHITOTO

Por supuesto no sólo vamos a hablar de la casa, sino también de don Manuel y la señorita Teodocia, españoles de origen. Los dos eran hermanos.

La casa era enorme. Cubría casi casi, una manzana de terreno, ubicada frente a la plaza central del pueblo. Al frente podía observarse la blanca iglesia con sus campanarios con cúpulas relucientes de platos cerámicos, al que se llegaba por un interminable caracol de baldosas derruidas por el paso del sacristán encargado de sonar las campanas todas las tardes a la hora del ángelus.

Todo lo que sé y recuerdo de estos españoles que vivieron en este pueblito encantador de calles empedradas , de casitas blancas , caballos , mulas, conejos , palomas de castilla; lo iré consignando en este recuento de lo vivido en ese lugar maravilloso donde como niño me tocó ver y sentir.

Don Manuel era de oficio mecánico. Constructor de muebles pintados a duco y además estaba al frente de la tienda en la que atendía a los campesinos en día domingo cuando llegaban a comprar pilas para lámpara o algún corte de dril para el pantalón del estreno y lucirlo en alguna fiesta campesina.

Por un rato dejaremos a don Manuel y a su única hermana en su casa. Nos iremos por ahí caminando hacia el río, al río Lempa. Pasaremos por lo que ahora es la casa de Alejandro Cotto, luego seguiremos cuesta abajo sobre la calle cubierta de polvo en pleno verano. Cortaremos jocotes que en esta época comienzan a madurar. Nos subiremos a los cercos de piedra donde suelen brotar la hermosa flor de hizote y más de alguna lagartija nos saldrá a nuestro paso de cipote escuelero salido de las clases en busca de nuevas emociones...

Ya, frente a la ribera del río, nos encontramos con hermosas sandías cultivadas por los lugareños. Una barcaza cruza el ancho y caudaloso Lempa. Al otro lado un rancho de paja y árboles de amate forman el paisaje mientras unas codornices alzan el vuelo.

Quién tuviera alas para volar con ellas!...

REGRESO A CASA.

La cena está servida. Frijolitos volteados fritos con aceite de oliva, plátano al almíbar, café de olla, arroz a la valenciana con petit-pua , y el pan francés con ajo que no podía faltar. Todo este manjar preparado por la negra cocinera que allá en la amplia cocina de cuatro hornillas con chimenea y con leños encendidos todavía, se preparaba para llevar algo de comer en una canasta de bambú a sus hijos y su esposo Adrián, quien más parecía un jugador de futbol del equipo Santa Lucía que un obrero con empleo. (primera parte)

Pintar un retrato es difícil, no digamos describirlo en palabras. Pero haremos el intento.

Don Manuel Massana era un señor de alta estatura, vestía casi siempre un holgado overol con tirantes.

(Paréntesis personal).

Se preguntaran algunas personas el por qué escribo estas cosas cuando lo mejor sería ponerme a hacer ejercicios físicos como levantar pesas o manejar una bicicleta de turismo o de montaña e irme a mover las piernas sobre la calle nueva hacia Nejapa y Quetzaltepeque donde podría encontrarme con mi doble en una de esas modernas pasarelas construidas con el sudor de la frente de tanto obrero mal pagados.

Se preguntaran esas personas por qué estoy usando esta extraña máquina computadora, en la que no encuentro la clave para transferir un texto guardado y poder enviarlo p0r correo electrónico a la dirección de un alma como la de mi amigo Urbano, mi doble hermano, quien posiblemente me esté esperando en el barandal de la pasarela sobre la pista que conduce al pueblo donde nació el pintor Noe Canjura.

Tantas cosas supongo, se preguntarán

Lo que yo podría decir, si es que me lo preguntaran directamente, sería: que no tengo respuesta ante tantas y tan variadas interrogantes. Al final, el único que puede responder por mí sería mi gran amigo Domingo Urbano, quien por ahora se encuentra ausente, gozando de unas largas vacaciones allá en La ANTIGUA donde todo es tranquilidad y los turistas pueden pasear en chores, sombreros y chancletas.

Mi doble es Genaro a secas, y anda por ahí con una libreta de dibujo haciendo apuntes en plena calle.

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